La vivienda original de 2 pisos, debía ampliar el segundo piso al doble de superficie y además crecer en un tercer piso que incluía una sala común de esparcimiento para la familia y taller de pintura y manualidades. A la sala del tercer piso se le agrego una terraza mirador que disfruta de la vista de Santiago Poniente.
Se considero importante aislación térmica en el cielo, ventilación transversal en la cubierta para evitar sobrecalentamiento y ventanas de captación solar hacia el norte, manteniendo la imponente vista hacia el surponiente con ventanales termo-panel.